Reproducimos la Carta que ha dirigido el cardenal Francis Arinze, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a los iniciadores y responsables del Camino Neocatecumenal, publicada por ZENIT.org el 1 enero 2006. La carta tiene el tono de un documento normativo, propio de la Congregación.
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Ciudad del Vaticano, 1 de diciembre de 2005
Señor Kiko Argüello,
señora Carmen Hernández
y reverendísimo padre Mario Pezzi:
Como resultado del diálogo llevado a cabo con esta Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos sobre la celebración de la santísima Eucaristía en las comunidades del Camino Neocatecumenal, en línea con las orientaciones que se desprendieron en el pasado encuentro con ustedes el pasado 11 de noviembre, les comunico la decisión del Santo Padre.
En la celebración de la santa misa, el Camino Neocatecumenal aceptará y seguirá los libros litúrgicos aprobados por la Iglesia, sin omitir ni añadir nada. Además, sobre algunos elementos se subrayan las indicaciones y precisiones que siguen a continuación:
1. El domingo es el «Dies Domini», como ha querido ilustrar el siervo de Dios, el Papa Juan Pablo II, en la Carta apostólica sobre el Día del Señor. Por eso el Camino Neocatecumenal debe dialogar con el obispo diocesano para que se refleje también en el contexto de las celebraciones litúrgicas el testimonio de la integración en la parroquia de las comunidades del Camino Neocatecumenal. Al menos un domingo al mes las comunidades del Camino Neocatecumenal deben por tanto participar de la santa misa junto con la comunidad parroquial.
2. Sobre las eventuales moniciones previas a las lecturas deben ser breves. Es además fundamental atenerse a lo dispuesto en la «Institutio Generalis Missalis Romani» (nn. 105 e 128) y en los «Praenotanda» del «Ordo Lectionum Missae» (nn. 15, 19, 38, 42).
3. La homilía, por su importancia y naturaleza, queda reservada al sacerdote o al diácono (Cf. Código de Derecho Canónico, can. 767 § 1). Sobre las intervenciones ocasionales de testimonio por parte de los fieles laicos, sirvan los espacios y modos indicados en la instrucción interdicasterial «Ecclesiae de Mysterio», aprobada de manera específica por el Papa Juan Pablo II y publicada el 15 de agosto de 1997. En tal documento, en el artículo 3, §§ 2 y 3, se lee:
§ 2. «Es lícita la propuesta de una breve monición para favorecer la mayor inteligencia de la liturgia que se celebra y también cualquier eventual testimonio siempre según las normas litúrgicas y en ocasión de las liturgias eucarísticas celebradas en particulares jornadas (jornada del seminario, del enfermo, etc.), si se consideran objetivamente convenientes, como ilustrativas de la homilía regularmente pronunciada por el sacerdote celebrante. Estas explicaciones y testimonios no deben asumir características tales de llegar a confundirse con la homilía».
§ 3. «La posibilidad del ‘diálogo’ en la homilía (cfr. Sagrada Congregación para el Culto Divino, Directorio Pueros Baptizatos para las Misas de los niños [1 noviembre 1973], n. 48), puede ser, alguna vez, prudentemente usada por el ministro celebrante como medio expositivo con el cual no se delega a los otros el deber de la predicación».
Debe tenerse en cuenta además de forma atenta todo lo expuesto en la Instrucción «Redemptionis Sacramentum», n. 74.
4. Sobre el intercambio de la paz, se concede que el Camino Neocatecumenal pueda continuar con la excepción ya concedida, hasta una ulterior disposición.
5. Sobre el modo de recibir la Santa Comunión, se da al Camino Neocatecumenal un tiempo de transición (no más de dos años) para pasar del modo actual de recibir la Santa Comunión en sus comunidades (sentados, alrededor de una mesa preparada en el centro de la Iglesia en lugar del altar dedicado en el presbiterio) al modo normal para toda la Iglesia de recibir la Santa Comunión. Esto significa que el Camino Neocatecumenal debe caminar hacia el modo previsto en los libros litúrgicos para la distribución del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
6. El Camino Neocatecumenal debe utilizar también las otras plegarias eucarísticas contenidas en el Misal, y no únicamente la plegaria eucarística II.
En definitiva, el Camino Neocatecumenal, en la celebración de la santa misa, debe seguir los libros litúrgicos aprobados, teniendo presente todo lo expuesto en los números 1, 2, 3, 4, 5 y 6.
Agradeciendo al Señor los frutos y bienes otorgados a la Iglesia gracias a las múltiples actividades del Camino Neocatecumenal, aprovecho la ocasión para ofrecer distintos saludos.
+ Francis Card. Arinze Prefecto
Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum
[Traducción realizada por Zenit]
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