Pero el motivo de esta noticia, que les damos en exclusiva, no es ese, por triste que sea, sino otro.
- Sí, le hablo de Madrid, del Cuartel General de Ejército. Soy el Coronel... (como pueden comprender la línea telefónica tiene ruidos y por eso el nombre no se entiende bien). Sí, deben embalar todo lo que les queda y distribuirlo por aquellos departamentos donde mejor corresponda, por ejemplo los archivos y la documentación a Capitanía por ahora; los vehículos al parque, etc., etc.
- ¿Y la Bandera del Regimiento?
- ¡La Bandera del Regimiento! Pues sí, claro, la Bandera del Regimiento también, claro, la empaqueta y la manda a Capitanía, hasta que se vea qué se hace con ella...
- Ya, pero para retirar la Bandera de su urna, donde se guarda y luce en la Sala de Banderas, hay que cumplir con unas normas y ellas exigen formar la Unidad, aunque sólo sean los cuatro gatos que quedamos, una Banda de música y una Guardia de honor que....
- Bueno, hombre, eso era antes, quiero decir que eso es un decir. La Bandera...
- Mire usted, Coronel... (otra vez el ruido de la línea). La Bandera del RAMIX-91, entérese bien y no le quepa la menor duda, mientras dependa de mí y sea de mi competencia, no sale de su urna si no es custodiada por la Guardia y ésta con la bayoneta calada y las armas en presente rindiéndole los honores debidos, mientras la Banda de música toca el Himno de España y con el Regimiento, o lo que queda de él, formado y de gala, y si no nos mandan una Banda, que no tenemos ya ni un pobre Corneta, pues entonces los que quedamos tararearemos y diremos chunda, chunda, y si no es así esa Bandera seguirá en su urna hasta que las ranas críen pelos, cojo... (otra vez el ruido de la línea, qué mala suerte)....
- ¡Cloc! (ruido del teléfono al cortarse bruscamente la comunicación).
Les podemos asegurar que inmediatamente han preguntado quién es el Jefe del Regimiento y qué se puede hacer. El problema es que no tiene opción al ascenso a General, por lo que se encuentra libre como un pajarito. Parece ser que van a esperar que pasen unos días y, cuando no esté ya, mandarán a un propio desde Capitanía para que meta la Bandera del RAMIX-91 en una puñetera caja de zapatos y... hacerla desaparecer para siempre en la seguridad de que muchos “militares” mirarán, una vez más, para otro lado; total, el cuello ya lo tienen que parece un sacacorchos de tal práctica.
Por Paco Berrocal
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