Fallo del preservativo y embarazo
1. Muy relacionado con la eficiencia del preservativo en la prevención de la transmisión de VIH/SIDA y ETS es la eficiencia en la prevención del embarazo. La OMS explica que el uso perfecto del condón no previene siempre el embarazo. «La tasa estimada de embarazos con uso perfecto del preservativo, esto es, aquella efectuada entre quienes informan de un uso tal y como debe ser usado (es decir, en modo correcto) y en cada acto o relación sexual (o sea, en modo consistente), es del 3% en 12 meses» [1].
Es innecesario decir que el uso típico del preservativo, que incluye un uso perfecto e imperfecto (por ejemplo, que no se use en todos y cada uno de los actos o relaciones sexuales, o que sea usado en modo incorrecto) es mucho menos efectivo en la prevención del embarazo. «La tasa de embarazo con un uso típico puede ser mucho más alta (10-14%) que con un uso perfecto, pero esto es debido principalmente a su uso inconsistente o incorrecto, no al fallo del preservativo» [2].
En efecto, el embarazo a pesar del uso de preservativo está bien documentado, con un índice de Pearl cercano a un 15% de fallo en mujeres durante el primer año de su uso [3].
Si puede haber embarazo a pesar del uso de preservativo ¿no debería concluirse lógicamente que el condón permite también la transmisión de HIV y ETS, puesto que los organismos causantes de enfermedades pueden están presentes en los espermatozoides, en el fluido seminal e incluso en otros sitios, como las superficies de la piel, que no están cubiertas por el condón? Es más, se tiene que considerar que una mujer puede quedar embarazada sólo durante sus días fértiles (5-8 días cada ciclo, aproximadamente, tomando en consideración el periodo vital del esperma en el interior de su cuerpo), mientras que el VIH y las ETS pueden transmitirse cualquier día.
2. Las consideraciones hechas más arriba sobre estos estudios que apuntan a fallos del preservativo, no se limitan argumentos teóricos. Que los condones tienen defectos no es sólo una teoría, sino que lo confirman experiencias de la vida real en el mundo real. Uno puede, por ejemplo, creer que el condón está en perfectas condiciones, es decir, que presenta una superficie sin defectos, con lo que el material de látex puede ofrecer una alta protección contra el paso de partículas del tamaño del VIH. Sin embargo, cuando se ve el estado actual y real de los materiales de látex, en las unidades que se distribuyen, tales como los preservativos, la situación puede ser bien diferente.
Por ejemplo, una cierta permeabilidad y experimentos eléctricos indican que el látex puede permitir el paso de partículas mayores que el VIH [4].
Agujeros y zonas débiles de los condones han sido igualmente detectados durante experimentos, como puede verse en un artículo del 1988 en el sitio web de internet de la Food and Drug Administration de los Estados Unidos. «Los productores de preservativos realizan pruebas electrónicas para detectar agujeros y zonas débiles en todos los preservativos. Además, la FDA exige a los productores pruebas de agua para examinar los ejemplares de cada lote de condones, buscando pérdidas. Si el test detecta una tasa de defectos superior al 4 por mil, se desecha todo el lote. El Departamento [FDA] fomenta también la realización de pruebas a la rotura de sus productos, mediante pruebas de inflado de aire, de acuerdo con las especificaciones de la Organización Internacional de Estándares [ISO]» [5].
Si se permiten cuatro preservativos defectuosos en cada lote de 1.000, deben haber cientos de miles de preservativos defectuosos circulando por el mundo, vendidos o distribuidos gratuitamente, y lo más probable es que estén contribuyendo a difundir el VIH/SIDA y las ETS. ¿Sabe esto el público? ¿Sabe el público que el riesgo se incrementa cuanto mayor es la frecuencia y la promiscuidad, considerando la acumulación de riesgo, como antes ha sido explicado?
Eugênio de Araújo Sales, de Río de Janeiro, declaró recientemente en un artículo periodístico que muchos lotes de preservativos (algunas de las principales marcas) fueron retirados del mercado en Brasil durante 1999, 2000 y 2003, debido a fallos en diferentes tests y al descubrimiento de que se trataba de productos falsificados [6].
Según Araújo Sales, se retiraron en 1999, 1.036.800 unidades del preservativo Prudence®, la tercera marca en el Brasil, debido a que no superó las pruebas efectuadas por el INMETRO, el Ministerio para el Desarrollo, Industria y Comercio Exterior. Antes incluso de que Araújo Sales hiciera estos comentarios, el grupo de consumidores Civitas International declaró que «en 1991 el Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC) publicó un estudio en el que se informa de que cinco de cada siete marcas de preservativos en Brasil, incluyendo la primera marca nacional, Jontex®, producida por Johnson & Johnson, no superaron pruebas internacionales de seguridad» [7].
3. Los preservativos, además de los posibles defectos de producción, pueden sufrir deterioro durante su transporte, manipulación y almacenamiento e, incluso, degrado tras su compra por el usuario final. En mayor o menor medida, se han propuesto que factores como los siguientes, pueden contribuir al deterioro del látex (y, en consecuencia, al fallo del condón): exposición a la luz solar, el calor (incluso el calor corporal, cuando se guardan en bolsillos o carteras), la humedad, la presión atmosférica, el uso de ciertos espermicidas e, incluso del ozono atmosférico [8]. Asimismo el condón puede sufrir daño físico inmediatamente antes de su uso, o durante el mismo, como el contacto con objetos punzantes o afilados, o incluso las uñas.
El sitio web de internet de la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos avisa de que «los consumidores deben asegurarse de que el paquete de preservativos no esté dañado, y controlar que no haya deterioro en ninguno de los condones, así como que estén debidamente enrollados para su uso. El condón no debe usarse si es viscoso o crujiente, descolorido o tiene agujero alguno. Tampoco deben usarse preservativos después de su fecha de caducidad y si no la hubiera, después de transcurridos cinco años de la fecha de su confección. Cuando se emplean condones de látex debe usarse sólo lubricantes con base acuosa (por ejemplo de glicerina, o KY Jelly®), porque los lubricantes a base de aceites, como por ejemplo el petrolato, perjudican la goma natural» [9]. Si se toman tales precauciones – y debe tratarse de peligros reales para ello – entonces sería irresponsable, tratándose de un peligro mortal, tomar esto a la ligera.
Hay también condones de otros materiales, como el poliuretano, que son «comparables a los condones de látex en cuanto barrera al esperma y al virus VIH», así como preservativos hechos de membranas naturales (de piel de cordero) «que son útiles en la prevención del embarazo, [pero que] no son de protección efectiva contra el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual. Mientras el esperma no puede atravesar el material de piel ovina, pueden hacerlo, en cambio, pequeños microorganismos, que pueden atravesar estos preservativos, incluyendo el VIH» [10].
Incluso en caso de parejas serodiscordantes, desde el punto de vista médico, el preservativo no parece ser la respuesta real: entre los usuarios de preservativos en modo consistente, queda aún la posible transmisión del VIH [11].
El resumen final del encuentro, más arriba considerado, manifiesta: «Ha sido demostrada una exposición al VIH/SIDA por relaciones sexuales con pareja regular (en ausencia de otros factores de riesgo de VIH/SIDA). Estudios longitudinales de casos de infección de parejas VIH - [negativo], cuyo partner es VIH + [positivo], permiten estimar su incidencia entre usuarios y no usuarios de preservativos. De ambas estimaciones se desprende que el uso consistente del preservativo reduce el riesgo de transmisión de VIH/SIDA, aproximadamente en un 85%» [12].
Para una promoción adicional del «sexo seguro», algunos han propuesto el uso de un doble preservativo, cuya eficiencia permanece cuestionable, teniendo en cuenta los diferentes factores presentados antes [13].
4. Junto a las consideraciones hechas más arriba sobre la integridad física del preservativo, se debe recordar además que éste puede ser usado de manera impropia. Por ejemplo, uno puede volver sobre sí el condón, durante la relación sexual, si lo ha colocado antes por error del lado contrario, permitiendo entonces que, si hay esperma, éste se introduzca directamente en la vagina. O bien comenzar la relación sexual sin preservativo, o quitárselo durante el mismo, o no sujetarlo bien al retirarlo, o retirarlo con el pene en erección, o utilizarlo varias veces, etc. Hay algunos otros ejemplos de uso incorrecto del condón, que pueden fácilmente suceder. Un estudio muestra que, in vivo, el deslizamiento y ruptura del condón alcanza un 0,1% y hay un 0,5-6,7%, respectivamente, de fallo del preservativo [14].
El uso típico en la vida real del preservativo está lejos de lo perfecto; es más bien frecuente su uso inconsistente e incorrecto. No es difícil comprenderlo, dado que su uso consistente requiere un enorme acerbo de auto-disciplina (y memoria), y su uso correcto precisa de un relativamente meticuloso proceso de siete pasos, si uno sigue las instrucciones de los Centers for Disease Control and Prevention [15].
En uno de sus folletos, el Instituto Médico (Texas) dice: «Cuando se facilita una lista básica de procedimiento para el uso correcto del preservativo, menos de la mitad de los adolescentes con vida sexual activa informan de que usan correctamente los condones» [16].
Sin entrar en detalles, baste decir que el acto sexual, a causa de sus aspectos pasionales e instintivos y, a veces, por la ausencia de un mínimo de autocontrol, comporta los riesgos antes mencionados, durante y después del uso del condón. El Instituto Médico (Texas) explica los resultados de un uso inconsistente del preservativo en los términos más sencillos: «¿Y qué pasa si sólo los uso la mayoría de las veces? Te arriesgas. De hecho, el CDC afirma: “usados de manera inconsistente (es decir, menos del 100% de todas las veces), los preservativos apenas ofrecen algo más de protección que si no fueran usados en absoluto”» [17].
5. Que los preservativos no ofrecen una total protección contra la transmisión del VIH y las ETS se combina con el hecho de que las campañas de «sexo seguro» han comportado, en vez de un incremento de la prudencia, a un incremento de la promiscuidad sexual y del uso de preservativos [18].
De hecho, hay estudios que muestran que el VIH/SIDA crece cuando también lo hace el número de preservativos distribuidos [19].
La conducta humana es un factor importante en la transmisión del SIDA. Sin una adecuada educación encaminada al abandono de ciertas prácticas sexuales de riesgo en favor de una sexualidad bien equilibrada, como lo son la abstinencia prematrimonial y la fidelidad marital, hay riesgo de que los desastrosos resultados de la pandemia se perpetúen. Cuando se ha fomentado la abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad al propio esposo, hay estudios que mantienen que la pandemia del VIH/SIDA ha sufrido una clamorosa disminución. Por ejemplo, Uganda ha llevado a cabo un programa basado en la castidad, y la incidencia del VIH/SIDA ha sido controlada allí relativamente mejor que en otros países. «Mientras el SIDA se difunde por África, Uganda queda como un éxito aislado, donde millones de ugandeses han adoptado una moralidad sexual tradicional que incluye la abstinencia fuera del matrimonio y la fidelidad en el matrimonio, para evitar la infección. Pero la comunidad internacional SIDA se ha mostrado rehacía en promover esta estrategia en otros lugares, y ha continuado, en cambio, poniendo su confianza en los preservativos» [20].
En relación con ello, el estudio de este caso por parte de la Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos (USAID), titulado Declining HIV Prevalence, Behavior Change, and the National Response. What Happened in Uganda?, afirma, en un cuadro sinóptico que muestra la tendencia del VIH y los datos de conducta relativos a Uganda, Kenia y Zambia, que «la disminución de la prevalencia en Uganda se relaciona más con la reducción del número de parejas sexuales que con el uso del condón» [21].
De manera parecida, el Programa Conjunto de VIH/SIDA, de las Naciones Unidas (UNAIDS), en su actualización de diciembre de 2003, AIDS epidemic update, afirma que «la prevalencia de VIH continua retrocediendo en Uganda, donde desciende al 8% en Kampala, el 2002. Se trata de un hecho a reseñar, considerando que, hace diez años, la prevalencia del VIH entre mujeres embarazadas, en dos clínicas prenatales urbanas, era del 30%. Un eco de disminuciones parecidas se ha ido registrando en toda Uganda, donde hoy una tasa de prevalencia de doble dígito es rara. Hasta la fecha, ningún otro país ha conseguido estas realizaciones, al menos a nivel nacional» [22].
En Tailandia y las Filipinas los primeros casos de VIH/SIDA se remontan a 1984; En Tailandia había 112 casos en 1987 y algo más en las Filipinas, 135. Hoy en cambio, en el 2003, hay 750.000 casos en Tailandia donde el programa de 100% de uso de preservativos ha tenido, relativamente, un gran éxito, mientras tan sólo hay 1.935 casos en las Filipinas [23], ¡y esto considerando que la población de las Filipinas es cerca del 30% mayor que la de Tailandia!
Una tasa relativamente baja de uso del preservativo por parte de la gente en general, una firme oposición por parte de la Iglesia [24], y un buen número de líderes gubernamentales contrarios al programa de preservativos y a la promiscuidad sexual, son hechos bien conocidos de las Filipinas.
Comentando algunos de estos informes, Jokin de Irala, profesor de epidemiología de la Universidad de Navarra (España) afirma: «Es simplemente irresponsable lo que se ha hecho en algunas naciones. Es un error que tendrá que pagarse muy caro haber confiado ciegamente sólo en los preservativos, y nada más, en la estrategia preventiva, cuando se ha visto que este método no ha sido suficiente para parar la epidemia en grupos que están afectados a priori como los homosexuales… La gente debería exigir de sus autoridades una mayor seriedad y originalidad en la resolución de estos problemas. Se debería pedir, al menos, el mismo coraje que el mostrado, por ejemplo, cuando comenzó en serio la lucha contra el tabaco. No podemos quedarnos quietos creyendo ingenuamente que un problema de tan enorme complejidad se puede solucionar con un “atajo” como el preservativo» [25].
6. Hay que preguntarse, pese a que la OMS afirma que en 2002 el 99% de las infecciones por VIH en África fueron debidas a relaciones sexuales no protegidas, si la mayoría de nuevas casos de VIH/SIDA en África no se deban más bien que a relaciones sexuales, a jeringuillas vueltas a utilizar, dada la inadecuada infraestructura sanitaria del Continente, tal y como algunos autores han manifestado recientemente [26].
En tal sentido, la actual orientación de los esfuerzos contra el SIDA focalizados exclusivamente o preponderantemente en la distribución de preservativos es evidentemente insuficiente y cuestionable.
7. El SIDA representa un peligro serio para el cual no hay curación todavía. Los usuarios de preservativos deben ver garantizados sus derechos éticos y jurídicos a ser informados correcta y completamente sobre los riesgos de la transmisión sexual de esta enfermedad y sobre la verdadera efectividad del profiláctico. Dada la proporción pandémica del SIDA, lo que la Iglesia propone no es una mera reducción del riesgo (lo que se transforma en la actualidad en un aumento del riesgo cuando los riesgos reales de transmisión no se explican al público), sino más bien una eliminación del riesgo; no una protección parcial sino una protección absoluta. Decir que se promueve el «sexo seguro» cuando de hecho lo que se está promoviendo es el «sexo más seguro», es decir, el sexo que es más seguro que si no se usara para nada el preservativo, es verdaderamente inducir al error; esto está todavía muy lejos de ser una total protección. Proclamar que es «técnicamente correcto» decir que el preservativo «ofrece protección» (induciendo a la gente a pensar que protegen completamente), queriendo decir que, de hecho, «ofrecen protección parcial», o «85-90% de protección» o «protección relativa» es llevar a muchos a su muerte. Subrayar que el condón «reduce los riesgos», escondiendo el hecho de que «no se eliminan los riesgos», confunde.
La advertencia de que el condón es «efectivo en la prevención de la transmisión del VIH y de muchas otras ETS» o de que «puede reducir el riesgo de su transmisión» (proclamando, quizá que en algunos países su producción ya ha sido perfeccionada), cuando lo que se quiere decir es que «hasta un cierto grado de efectiva prevención del VIH y de algunas ETS, aunque no es total y no hay evidencia de que se reduzca el riesgo de infección por VPH», no es sólo una falta de respeto a los derechos de la mujer, es tanto como algo completamente anti-mujer y anti-hombre. Animar a un «cambio de conducta» a los adolescentes en los programas de educación sexual, cuando lo que se pretende es «animarlos a usar el preservativo cuando viven el sexo antes del matrimonio», fomentando contemporáneamente el sexo antes del matrimonio, no sólo destruye la salud reproductiva de los adolescentes, sino también su salud mental, emocional y espiritual, así como su vida futura entera.
8. La falsa seguridad generada por las campañas de «sexo seguro» obstaculiza el derecho a una información correcta y completa. Las apelaciones de los verdaderos, sinceros consumidores, así como de los promotores de la salud, especialmente los promotores de los auténticos derechos de la mujer, llamando a completar y revelar claramente la información disponible sobre la efectividad (más bien inefectividad) de los preservativos, ha topado frecuentemente con oídos sordos, por una u otra razón. Esta llamada está fundada en el derecho del consumidor a saber las auténticas características del producto que él o ella están usando, y más todavía si tales características son relevantes para la vida y salud del consumidor. El público debe ser informado de que el condón no garantiza una total protección ni contra el SIDA ni contra otras ETS. Igual que los cigarrillos llevan la advertencia de que fumar es peligroso para la salud del fumador y la de aquellos que están cerca, quizás también se debería exigir a los preservativos que llevaran etiquetas de advertencia, en los paquetes, en los mostradores donde se exponen y en los distribuidores automáticos, de que no garantizan una total protección contra el VIH/SIDA y ETS o de que no son seguros.
El Dr. Luis Fernández Cuervo de El Salvador avanza, incluso, un paso más, aludiendo a la posibilidad de acciones legales contra cuantos promueven el «sexo seguro», de manera parecida a las acciones legales contra las empresas de tabaco. «Si un fumador habitual contrae cáncer, él o ella puede denunciar a la empresa de tabaco, reteniéndola responsable. Así, en los Estados Unidos, se han obtenido suculentos millones en compensación (¿!). ¡Como si un fumador no supiera, hace ya más de 50 años, que el tabaco puede inducir cáncer! Pero si una persona sexualmente promiscua usando el preservativo enferma con SIDA, no tiene derecho a denunciar al laboratorio que ha confeccionado el preservativo, ni a los muchos grupos que promueven el “sexo seguro”. Raro, verdaderamente raro» [27].
9. La pandemia de VIH/SIDA y ETS sigue creciendo a pesar de los grandes esfuerzos en reprimir su crecimiento. Tomando en cuenta los datos aducidos en diferentes estudios y las experiencias en este campo, la idea de «sexo seguro», tal y como la han presentado las campañas del preservativo, se muestran falsas o al menos dudosas, y deben ser, por tanto, sometidas a escrupulosa vigilancia. Más aún, puesto que hay un cierto nivel de peligro, es una responsabilidad grave de las instituciones nacionales e internacionales, públicas y privadas, así como también de los medios de comunicación, contribuir a suministrar una información correcta y completa sobre la existencia de riesgos que pueden llevar a la gente a la muerte. Ha habido protestas formales, y éstas van a continuar, para que acaben las maniobras de ciertos grupos empeñados en ocultar los esfuerzos de quienes luchan porque la verdad venga a la luz [28].
Es cierto que ni siquiera de los fármacos cabe esperar que sean 100% efectivos o seguros todo el tiempo para todos y usarlos es aceptable, sin embargo, a pesar de los riesgos. En estos casos es derecho del paciente también ser informado no sólo de los efectos intencionales, sino de los posibles riesgos, efectos colaterales y otras complicaciones así como, y esto es muy importante, de las alternativas. En el caso de la prevención del VIH/SIDA, quienes fomentan el «sexo seguro» deben revelar plenamente los riesgos del condón y posiblemente describir también las enfermedades que los usuarios pueden contraer a consecuencia del fallo del preservativo. Muy importante también es que se presente la solución «alternativa» (que es realmente la solución «primaria»), 100% efectiva contra la transmisión sexual de estas enfermedades, sin gastos, sin tensión del carácter y libertad de la persona: la abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad a la esposa de uno.
[1] Organización Mundial de la Salud, Effectiveness of Male Latex Condoms in Protecting against Pregnancy and Sexually Transmitted Infections, en Information Fact Sheet, núm. 243, de junio de 2000.
[2] Organización Mundial de la Salud, Effectiveness of Male Latex Condoms in Protecting against Pregnancy and Sexually Transmitted Infections, en Information Fact Sheet, núm. 243, de junio de 2000.
[3] El índice de embarazos de Pearl es un método estándar de comparación de efectividad de métodos contraceptivos. Mide el número de embarazos que ocurren al ser usado por 100 mujeres durante un año.
[4] Cf. por ejemplo, los numerosos estudios mencionados por los ya citados J. Suaudeau, Sesso sicuro, en Lexicon, pp. 795-817, y J. P. M. Lelkens, AIDS: il preservativo non preserva. Documentazione di una truffa, en Studi Cattolici, Milán (1994) 405: 718-723. Cierto número de estudios hipotizan que, entre otros factores, el proceso de vulcanización puede contribuir a la irregularidad de la superficie de latex y a la presencia de microscópicos poros.
[5] Mike Kubic, New Ways to Prevent and Treat AIDS, in FDA Consumer, enero-febrero de 1997 (revisado en mayo de 1997 y enero de 1998; disponible en internet en el sitio
[6] Periódico O Globo, 15 de noviembre de 2003
[7] David Bornstein, Brazil’s First Consumer Protection Agency, en Journal (of Civitas International) vol 2 (mayo-junio de 1998) núm. 3. Y prosigue: «Johnson & Johnson hizo publicar inmediatamente anuncios de una página entera en los periódicos de difusión nacional, atacando al IDEC [Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor]. Johnson & Johnson contrató expertos en estadística para atacar el estudio de IDEC, que había sido guiado por un laboratorio holandés independiente. Sin embargo, el ministro brasileño de sanidad tomó en serio este informe y ordenó retirar a nivel nacional Jontex® y las otras cuatro ofendidas marcas» (tomado de http://www.civnet.org/journal/issue7/rpdborn.htm).
[8] R. F. Baker, R. Sherwin, G. S. Bernstein y R. M. Nakamura, Precautions When Lightning Strikes During the Monsoon: The Effect of Ozone on Condoms, en Journal of American Medical Association 260 (1988) 10: 1404-1405.
[9] Mike Kubic, New Ways to Prevent and Treat AIDS, en FDA Consumer, enero-febrero de 1997 (revisado en mayo de 1997 y enero de 1998; disponible en internet en el sitio
[10] Mike Kubic, New Ways to Prevent and Treat AIDS, en FDA Consumer, enero-febrero de 1997 (revisado en mayo de 1997 y enero de 1998; disponible en internet en el sitio
[11] Cf. J. Suaudeau, Sesso sicuro, en Lexicon, pp. 795-817 y también CDC, Update: Barrier Protection Against HIV Infection and Other Sexually Transmitted Diseases, MMWR, 42 (Aug 6, 1993) 30: 589-591,597, que cita a Saracco A, Musicco M, Nicolosi A, et al. Man-to-woman sexual transmission of HIV: longitudinal study of 343 steady partners of infected men, en J Acquir Immune Defic Syndr (1993) 6: 497-502: «En otro estudio de parejas serodiscordantes (mujeres seronegativas con partner infectado por VIH), hubo seroconversión en tres mujeres (2%) de entre 171 parejas usuarias consistentes … Cuando se considera el riesgo persona-años, la tasa de transmisión VIH en parejas que declaran un uso consistente de preservativo fue del 1,1% de personas-año observadas…». Cf. también Francisco Guillén Grima e Inés Aguinaga Ontoso, Efectividad de los preservativos en la prevención de la infección por VIH en parejas de personas seropositivas, en Med Clin (Barc) (1995) 105: 541-548 (el Dr. Guillén Grima es profesor titular de la Universidad Pública de Navarra [España]; ambos autores están en relación con el Área de de Salud y Servicios Sociales del Ayuntamiento de Pamplona). Davis y Weller (1999) informaron de que a pesar de un 100% de uso de condón, se produjeron un 9 por mil personas-año de seroconversiones (VIH negativo a VIH positivo).
[12] Workshop Summary, p. 14.
[13] Cf. J. Suaudeau, Sesso sicuro, en Lexicon, pp. 795-817 y también Mike Kubic, New Ways to Prevent and Treat AIDS, en FDA Consumer, enero-febrero de 1997 (revisado en mayo de 1997 y enero de 1998; disponible en internet en el sitio
[14] Davis, Karen, R., y Weller, Susan C., The Effectiveness of Condoms in Reducing Heterosexual Transmission of HIV, en Family Planning Perspectives, noviembre/diciembre 1999, pp. 272-279.
[15] Cf. CDC, Update: Barrier Protection Against HIV Infection and Other Sexually Transmitted Diseases, MMWR, 42 (6 de agosto de 1993) 30: 589-591,597.
[16] If Someone tells You a Condom will keep you Safe…, folleto del The Medical Institute for Sexual Health, Austin, Texas.
[17] If Someone tells You a Condom will keep you Safe…, folleto del The Medical Institute for Sexual Health, Austin, Texas. Y añade: «Las buenas intenciones no pueden protegerte. Cerca del 15% de las parejas que confían en los preservativos para evitar el embarazo quedarán embarazadas durante el primer año de uso. Incluso si tú lo has usado consistentemente y correctamente, del 2 al 4% de preservativos fallan, se rompen o se deslizan. Y entonces no estás, precisamente, en riesgo de quedar embarazada».
[18] Hearst, N. and Hulley, S.B., Preventing the Heterosexual Spread of AIDS. Are We Giving Our Patients the Best Advice?, en Journal of the American Medical Association, 259 (1998), 16, pp. 2428-2432. Ver con especial cuidado la pág. 2.431.
[19] Véase el gráfico que muestra un incremento casi paralelo entre la difusión del VIH/SIDA y la distribución de preservativos por USAID, de 1984 a 2003, en Population Research Institute Review (mayo-junio de 2003), p. 10, resumiendo datos tomados del Harvard School of Public Health, de UNAIDS, y de la Kaiser Family Foundation.
[20] Cf. Condom Lobby Drives AIDS Debate Besides Abstinence Success in Africa, en Friday Fax Vol. 5 (13 de diciembre de 2002) No. 51.
[21] En USAID, Project Lessons Learned, Case Study, septiembre de 2002. p. 11, Cuadro sinóptico: Simulation of Uganda HIV Dynamics: Potential impact of similar behavior change in South Africa by 2000. La fuente del cuadro sinóptico es: Stoneburner, RL, Low-Beer D. Analyses of HIV trend and behavioral data in Uganda, Kenya, and Zambia, en Abstract ThOrC734. XIII International AIDS Conference, Durbán, Suráfrica, 7-14 de julio de 2000.
En la misma página, el Estudio de un caso añade, con el encabezamiento A “social vaccine” in Africa? (Can this success be replicated?): «Hay que recordar que muchos de los elementos de la respuesta ugandesa, tales como un apoyo político de alto nivel, una planificación descentralizada, y respuestas multi-sectoriales, no afectan directamente la tasa de infección VIH. La conducta sexual puede cambiar por sí misma con la seroincidencia. De acuerdo con Stoneburner, el efecto de laa intervenciones preventivas del VIH en Uganda (principalmente la reducción del número de partners) durante la década transcurrida parece haber tenido un impacto potencial similar a una vacunación médica del 80% de eficacia».
[22] Disponible en el sitio de internet de la Organización Mundial de la Salud:
[23] Cf. Dr. Rene Josef Bullecer, Telling the Truth: AIDS Rates for Thailand and the Philippines; el autor es Director Ejecutivo de Human Life International-Visayas Mindanao, Philippines, y Director de AIDS-Free Philippines. También informa que: «En 1991 el Programa para Tailandia, de 1999, de la OMS (Organización Mundial de la Salud), preveía 60.000 a 80.000 casos de VIH/SIDA para Tailandia y entre 80.000 y 90.000 casos para Filipinas». En 1999 hubieron 755.000 casos en Tailandia (65.000 muertes) y 1.005 casos en las Filipinas (255 muertes).
[24] Cf. Conferencia Episcopal de las Islas Filipinas, Carta Pastoral sobre el SIDA In the Compassion of Jesus, 23 de enero de 1993, y la Carta Pastoral del Cardenal Jaime Sin, Subtle Attacks against Family and Life, de 9 de julio de 2001.
[25] Desde el corazón de África, nuevas estrategias preventivas contra el sida, en el periódico Diario de Navarra, 1 de diciembre de 2003.
[26] Según estos autores, más del 70% de las nuevas infecciones de VIH en algunas regiones africanas podrían ser parenterales, principalmente por re-utilización de jeringuillas. Cf. Gisselquist, David, Potterat, John, J. et all., Mounting Anomalies in the Epidemiology of HIV in Africa: Cry the Beloved Paradigm, en International Journal of STD & AIDS, 2003/14, pp. 144-147; Gisselquist, David, Potterat John J. et al., Let it Be Sexual: How Health Care Transmission of AIDS in Africa was Ignored, en International Journal of STD & AIDS, 2003/14, pp. 148-161; y British Medical Journal Asserts Coverup in African AIDS Pandemic Claims. AIDS Crisis Caused by Bad Medicine, Not Sex, en Friday Fax Vol 6 (28 de febrero de 2003): 10.
[27] Tabaco versus SIDA: una comparación, en el periódico El Diario de Hoy (El Salvador) Editorial, Tema del momento,
[28] Varios grupos han propuesto o han tomado iniciativas con este fin. Cf., entre otros, el suplemento al número 3 de la publicación La Lettre (diciembre de 1995) del grupo Famille et Liberté, sobre política de prevención de SIDA en Francia, La politique de prevention du sida en France.
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